Diego Rivera es sin duda el artista plástico más importante de México. Su obra a gran escala de carácter realista y con una composición narrativa fue plasmada en sus murales de edificios públicos. Además dio identidad al arte mexicano de la primera mitad del siglo XX, que le hizo merecedor del Premio Nacional de Artes Plásticas y Aplicadas en 1950. Su extraordinaria personalidad, pasión por la pintura, militancia comunista y su curiosa y apasionada relación con su tercera esposa Frida Kahlo, aun cautiva al público que goza de apreciar sus creaciones.
Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez nació el 8 de diciembre de 1886 en Guanajuato. A los diez años asistió a la Academia de San Carlos, en Ciudad de México. En 1907 viajó a España para realizar estudios de arte, y en 1990 se trasladó a París, donde se relacionó con el medio artístico de Montparnasse. Por varios años vivió en itinerancia por América Latina y Europa.
En 1921 regresó a México y participó en el llamado renacimiento de la pintura mural, cuando participó en el proyecto educativo-cultural que promovió José Vasconcelos desde la Secretaría de Educación, que incorporó a los muralista: Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo.
Además Diego Rivera fue co-fundador de la Unión de Pintores, Escultores y Artistas Gráficos Revolucionarios, se afilió al Partido Comunista Mexicano (del cual será luego expulsado), Director de la Escuela Central de Arte Plásticas, y miembro de la Comisión de Pintura Mural del Instituto Nacional de Bellas Artes, junto con José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Su vida amorosa estuvo llena de escándalo, pues Diego Rivera fue eternamente infiel a sus cuatro esposas. Se casó en dos oportunidades con la pintora Frida Kahlo (1929 y 1940), relación que fue profusamente difundida por importantes fotógrafos de la época, que departían con la pareja. Diego Rivera murió el 24 de noviembre de 1957 en su casa estudio, en Ciudad de México. Sus restos fueron colocados en la Rotonda de las Personas Ilustres del cementerio de D.F.
La obra de Diego Rivera | Artista plástico | Muralista
Si bien Diego Rivera estudió la obra de los grandes maestros, en sus viajes por Europa, su iconografía tiene una particularidad que le hace único. La mezcla cultural presente en México se deja ver en los murales que realizó, y que relatan la historia y los tiempos de la nación. Así destacan los realizado en: Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Preparatoria Nacional, Secretaría de Educación, Palacio de Cortés (Cuernavaca), Escuela Nacional de Agricultura (Chapingo), Palacio Nacional de la Ciudad de México (considerados los más prolijos de historia mexicana), Escuela de Bellas Arte de California (trasladado a la Galería Diego Rivera en el Instituto de Arte de San Francisco), Teatro de los Insurgentes y en el Estadio Olímpico Universitario de la UNAM, donde creó el mural: “La Universidad, la familia mexicana, la paz y la juventud deportista”.
Quizá la pintura más emblemática del pintor Diego Rivera es: “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, de 1946, una gala de su personalidad, fidelidad a la historia, y buen humor que transmite a través de los personajes que representa. Originalmente este mural se realizó en el Hotel del Prado, pero tras su deterioro parcial por los terremotos de 1985, se decidió crear el Museo Mural Diego Rivera para trasladar esa obra. El mismo se encuentra ubicado en el Centro Historia de Ciudad de México y fue inaugurado en 1988.
Pero la obra de Diego Rivera no se ciñe sólo a sus pinturas. Su pasión por conservar y heredar al pueblo mexicano, lo llevaron a crear un fideicomiso para administrar el Museo Frida Kahlo (Casa Azul) y el Museo Anahuacalli, así como el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, que se han convertido en atractivos turísticos.