El Himno Nacional de México es uno de los tres símbolos patrios oficiales de México, junto con el Escudo y la Bandera Nacional. Su letra fue escrita por el poeta potosino Francisco González Bocanegra en 1853. La música pertenece al español Jaime Nunó, quien la compuso al año siguiente. El cántico nacional se ha usado en actos públicos desde 1854, sin embargo, sólo se hizo oficial a partir de un decreto presidencial emitido en 1943.
El texto del Himno Nacional de México enaltece la defensa del suelo patrio en contra de cualquier agresión extranjera. Destaca la importancia del combate y el ineludible sacrificio de sus hijos para alcanzar dicho fin. Está compuesto de cuatro estrofas y un estribillo o coro, el cual se interpreta al inicio e intercalado entre las estrofas, y de nuevo al final.
Cuando se ejecuta el himno nacional en algún evento público, los presentes deben demostrar respeto, asumiendo la posición de firme y con la cabeza descubierta. Hasta el presente, la letra del Himno Nacional se ha traducido a seis lenguas nativas, a saber: náhuatl, otomí, mixteco, maya, chinanteco y huasteco. Dichas traducciones han recibido el reconocimiento oficial por parte del gobierno federal.
Letra del Himno Nacional de México
Coro (Estribillo)
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón;
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
Estrofas
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
de la paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la patria manchar los blasones!,
¡guerra, guerra! los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! en el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen
y los ecos sonoros resuenen
con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
Antes, Patria, que inermes tus hijos
bajo el yugo su cuello dobleguen,
tus campiñas con sangre se rieguen,
sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo:
de mil héroes la Patria aquí fue.
¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran
exhalar en tus aras su aliento,
si el clarín con su bélico acento
los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡un recuerdo para ellos de gloria!
¡un laurel para ti de victoria!
¡un sepulcro para ellos de honor!