El Palacio Nacional es símbolo del poder ejecutivo de México. Su emblemática campana suena cada 15 de septiembre en representación del “Grito de Independencia”. Esta joya arquitectónica se encuentra ubicada en la ladera Este de la Plaza de la Constitución o Zócalo del Centro Histórico de Ciudad de México, que juntos conforman un Patrimonio de la Humanidad, declarado por la UNESCO. En sus amplios espacios, considerados uno de los más grandes edificios gubernamentales del mundo, se resguardan notables testimonios de la historia nacional así como los notables murales realizados por Diego Rivera en los que se narra la Historia de México.
La historia del Palacio Nacional se remonta a 1522, cuando Hernán Cortés lo hace construir sobre las bases del Palacio de Moctezuma, con un diseño de planta cuadrangular de 200 m, para un total de 40.000 m2. Años más tarde su hijo lo vende a la Corona Española, por lo cual pasa a ser la sede del Virreinato de la Nueva España. El mismo fungió como residencia y despachos administrativos de los colonos, la monarquía y los primeros gobiernos federales, además del poder legislativo y judicial. Asumió su nombre de Palacio Nacional en 1821.
Su infraestructura ha sufrido cambios, desde un incendio hasta fuertes remodelaciones que se han dejado sentir en la conjunción de varios estilos arquitectónicos. Su fachada principal de tres portadas está revestida de piedra de chiluca y tezontle. En el cuerpo inferior y medio se muestra un estilo barroco moderado, y la parte superior un marcado lenguaje neoclásico. Incluso en el interior se dejan ver áreas con elementos art déco. Su última gran remodelación se dio en 1930, época en que dejó de usarse como residencia presidencial.
Arte e Historia en el Palacio Nacional
La historia cultural de México fue magistralmente plasmada por Diego Rivera en un conjunto de murales a gran escala que narran la diversidad de eventos y manifestaciones que construyeron esta nación. Los murales, que fueron pintadas entre 1921 y 1951 están distribuidos en las escalinatas principales y en diversas galerías techadas que dan hacia los patios.
El Palacio Nacional además ofrece para el disfrute del público: el Salón de la Tesorería de la Federación, la antigua Cámara de Diputados, la Biblioteca del Fondo Histórico de Hacienda, el Jardín de la Emperatriz y la casa-museo de Benito Juárez, que conserva documentos, mobiliario, objetos e indumentarias de uno de los presidentes más influyentes en la historia de México.